El Gobierno Nacional ha dado un paso decisivo hacia la equidad de género con la reciente reglamentación que busca garantizar la participación de la mujer en los altos cargos del Estado. A través de un decreto, el Departamento Administrativo de la Función Pública ha establecido que, a partir de ahora, al menos el 50% de los cargos de nivel directivo y otros roles de toma de decisiones en la Rama Ejecutiva (a nivel nacional y territorial) deben ser ocupados por mujeres.
Esta medida no es solo una cuestión de justicia social; es un reconocimiento al valor y la capacidad de liderazgo femenino. Estudios globales demuestran que las organizaciones con una mayor diversidad de género en sus directivas son más innovadoras, eficientes y resilientes. Para el sector público, esto se traduce en una mejor gobernanza, mayor transparencia y políticas más inclusivas y efectivas.
La implementación de esta normativa requiere que las entidades públicas modernicen sus procesos de gestión humana. Las prácticas tradicionales de selección y promoción deben evolucionar para garantizar un enfoque meritocrático y equitativo que permita identificar y promover el talento femenino.
Aquí es donde la tecnología juega un papel fundamental. Las plataformas de software de gestión de talento y recursos humanos se convierten en una herramienta indispensable para:
Fomentar el desarrollo: Implementar programas de formación y crecimiento profesional diseñados para potenciar las habilidades de las mujeres en la función pública, preparándolas para asumir roles de liderazgo.
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